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Cuaderno de Bitácora. 29 de Octubre: Espacios no convencionales.


… El viejo chamán reunió a la tribu.

Poco a poco todos los presentes se fueron sentando a su alrededor. Se ponían muy juntos, cogiendo sitio entre las piedras, aprovechando cualquier rincón que ofrecía la cueva para empezar con el ritual. Cuando todos se acabaron de colocar, el chamán con la parsimonia que le caracterizaba, encendió el fuego. La luz de las llamas iluminó la pared y las sombras, hasta ahora escondidas, aparecieron tenuemente. Todo estaba preparado para empezar. El chamán a contraluz susurró algo para sí mismo, cogió su máscara con una mano y comenzó... Y así dentro de una cueva, nació el teatro. Un ritual, un acto sagrado de comunión social. Todos reunidos ante la palabra, ante la magia de la narración. La cueva desaparecía y las historias bastaban para imaginar. Con los siglos, el teatro encontró sus propios espacios. Lugares únicamente dedicados a las representaciones, lugares que cada vez eran más cómodos para el espectador. Espacios que perdieron su aura sagrada para convertirse en meros continentes. Pero ¿No es el mundo un teatro en sí mismo? ¿Nos hemos olvidado que el teatro es en esencia un acto sagrado de comunicación dónde solo hace falta alguien que habla, alguien que escucha y una historia que habitar? De un tiempo a esta parte nos encontramos con propuestas culturales que intentan salir de los espacios convencionales predeterminados para ello, re-habitando lugares que a priori no están concebidos para este uso. La concepción de que el acto teatral puede surgir en los lugares más insospechados es muy motivadora. He buscado algunos ejemplos que pueden ser bastante significativos en esta dirección y que nos demuestran que puede existir magia más allá de las tablas.

* La primera propuesta que os quiero presentar fue llevada a cabo en el año 2011 en Madrid, por la cía madrileña TurliTava Teatro con la obra Los vivos y los m(íos). La propuesta escénica se desarrollaba en una tienda de ultramarinos situada a pie de calle. Una tienda que antaño había tenido su propia vida pero que llevaba años cerrada. Sus actores, entre ellos los magníficos Alberto Basas y Luna Paredes, se movían entre sus habitaciones como fantasmas del pasado que repetían una y otra vez sus historias marcadas a fuego en el tiempo, como si fueran parte de un bucle en el que el espectador era un convidado de piedra, un testigo invisible de un drama presente de otra época. Desde aquí me gustaría recordar al director de esta maravillosa propuesta, Álvaro Tejero, cuya memoria y talento siguen estando en todos los que disfrutaron de aquel montaje. * Otra vía que me gustaría comentar es la calle como lugar de representación. En este momento crecen a lo largo de todo el territorio Festivales de este corte dignos de mención, como el TAC de Valladolid, el Festival de teatro de calle de Torrelavega ... Las administraciones se han dado cuenta de que estas propuestas en la vía pública en los meses de verano no sólo poseen un valor artístico sino que además atraen a un nuevo público, el turista cultural.

* Por último, me gustaría hablar del que para mí es una referencia en lo que a re-habitar espacios no teatrales supone, el Sleep no More de Nueva York. Esta propuesta se desarrolla en todas las plantas de un hotel situadas en el barrio de Chelsea. El espacio del público y el espacio del actor se entremezclan difuminándose cualquier barrera. La única norma es que no se puede interactuar directamente con los actores, pero puedes moverte por donde quieras, salir y entrar de las habitaciones cuando desees. Tú mismo marcas el desarrollo de la experiencia que quieres vivir. El espacio se abre ilimitado y la historia la escribes tú mismo.

El viejo chamán termino de hablar, y una niña que estaba acurrucada entre los brazos de su madre cerró los ojos y soñó con sombras que abandonaban una cueva habitando todos los rincones del universo.

Antonio Velasco

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